Agobiados por las deudas, con el agua al cuello, sin trabajo y alejados de su familia son algunas de las situaciones extremas en las que muchos españoles se encuentran como consecuencia de la adicción a los juegos de azar. «Es una situación más dramática y lamentable de lo que parece», explica Antonio (nombre ficticio), paciente y voluntario de la Asociación Madrileña de Jugadores en Rehabilitación (Amajer).

 

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