«A la industria del juego le interesa cargar la responsabilidad a los videojuegos o a Internet, cuando lo realmente peligroso es el apostar o jugar dinero»

MARIANO CHÓLIZ

Seguimos aportando valor a nuestro I FORO INTERNACIONAL FECYLJAR: JUEGO Y TIC que vamos a celebrar en unos días… Hoy entrevistamos a Mariano Chóliz, catedrático de de psicología básica de la Universidad de Valencia, que reflexiona sobre el juego online y de cómo la pandemia está arrasando a los jóvenes.

 

El juego online ha triunfado durante el confinamiento, cómo ha cambiado el patrón de juego?

Para la población general, evidentemente mucho. El cierre de salones de juego y la limitación de acceso a las máquinas en los bares ha permitido que los ciudadanos de las comunidades autónomas que han tomado estas medidas estén menos expuestos a estos juegos y, por lo tanto, tengan menos riesgo de tener problemas con ellos. Pero también ha sido una oportunidad para que las personas que tenían problemas de juego, tomaran la decisión de abandonarlo en unas condiciones favorables. Lo que no sé hasta qué punto esto se ha conseguido.

Por el contrario, el juego online se ha seguido promocionando, con la única excepción de las apuestas durante el tiempo en el que estuvieron prohibidas las competiciones deportivas, que fue, en realidad, unas pocas semanas. No obstante, y a tenor de los datos de gasto en juego online, parece que ha seguido la misma tendencia creciente que llevaba desde que se concedieron las licencias en 2012. No se ve un punto de inflexión que permita asegurar que hay más jugadores patológicos online a causa del confinamiento, lo cual no quiere decir que no haya dejado de crecer.

 

¿La pandemia ha demostrado el peligro que supone un acceso casi ilimitado para los menores?

Probablemente los menores jugaban antes de la pandemia más de lo que lo hacen ahora a juegos tradicionales, por lo que acabamos de comentar. Las limitaciones de acceso al juego en bares y salones como consecuencia de las restricciones a la hostelería probablemente hayan tenido su efecto beneficioso en los menores. Por el contrario, no creo que eso haya hecho que los menores se dediquen más al juego online, ya que nada ha cambiado respecto de los controles que tenía antes de la pandemia.

Probablemente lo que sí que haya habido es un mayor uso de las TIC, como redes sociales y videojuegos. Pero no hay que confundir juegos de apuesta con videojuegos. Aunque la adicción a videojuegos online es un hecho reconocido y probablemente se haya incrementado en tiempos de pandemia, se trata de una problemática muy diferente a la del juego de apuestas y de azar online. Se trata de actividades que requieren formas de prevención y de intervención diferentes, puesto que nada tiene que ver apostar para ganar dinero, con dedicar el tiempo a las acciones de los videojuegos.

Si tomamos como ejemplo las drogodependencias, tanto el tabaco como los opiáceos pueden producir adicción, pero no tiene nada que ver el tabaquismo con la adicción a la heroína. Lo mismo pasa con los juegos de apuesta online y los videojuegos online. No obstante, a la industria del juego le interesa cargar la responsabilidad a los videojuegos o a Internet, cuando lo realmente peligroso es el apostar o jugar dinero.

¿Cómo podemos afrontar los nuevos tiempos sabiendo que el juego online «no descansa nunca»?

Pues exigiendo una mejor regulación. El juego online es más adictivo porque tiene mayores retorno de premios y se promociona muchísimo. El lobby del juego online es muy poderoso y ha capturado al regulador. Lo que hay que exigir es que devuelvan menos premios, paguen más impuestos, se eliminen algunos juegos (como las slot online) y lleven un control estricto de lo que pierden los jugadores, impidiendo la ruina personal y familiar.

Con medidas de ese tipo sí que puede haber un menor daño a la sociedad. Lo demás, son medidas puramente cosméticas.

¿Qué le diría a un nuevo joven ludópata que es adicto sólo al juego online?

Lo mismo que a cualquier otro jugador: que el juego está diseñado para que gane la casa y que, por lo tanto, nunca va a poder ganar si juega con frecuencia. Además, muchos juegos online están diseñados para que parezca que ciertas estrategias o habilidades del jugador incrementan la probabilidad de ganar, pero eso no es cierto.

El problema es que el riesgo que se corre es muy elevado, porque la adicción es una enfermedad provocada por el juego que tiene muy graves consecuencias personales y familiares.

¿Qué le diría? Que deje de jugar y gaste su dinero en otra cosa.

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